“La modificación de conducta, es aquella orientación
teórica y metodológica, dirigida a la intervención que, basándose en los
conocimientos de la psicología experimental, considera que las conductas
normales y anormales están regidas por los mismos principios que trata de
desarrollar y aplicarlos a explicar conductas específicas, y que utiliza
procedimientos y técnicas que somete a evaluación objetiva y verificación
empírica, para disminuir o eliminar conductas desadaptadas e instaurar o
incrementar conductas adaptadas” (Labrador, 1990, página. 308).
EL PROFESOR COMO AGENTE
DE MODIFICACIÓN Y CAMBIO
El profesor es un agente de socialización muy
importante en la etapa escolar, ya que es el encargado de desarrollar al máximo
las potencialidades del alumno. Es el responsable de mediar y modificar los comportamientos.
Es uno de los modelos más significativo que influye en los alumnos, ya que ellos
suelen imitar sus conductas. Esto queda patente en el proceso de enseñanza-aprendizaje
mediante sus acciones, prohibiciones, sanciones, refuerzos…, pero, a veces producen
efectos contradictorios a la conducta esperada.
Por ello, el profesor debe conocer las claves que
operan en la situación educativa, estructurar el medio físico y social, de forma
que pueda favorecer el aprendizaje, y fomentar entornos educativos que permitan
experimentar relaciones seguras, en la que los alumnos puedan desarrollar estilos
personales democráticos y tolerantes.
El dilema reside en saber cuándo un profesor debe
actuar sobre el comportamiento de un alumno para modificarlo. Cidad (1988), establece una serie de criterios que definen cuando el comportamiento se vuelve
inadecuado, esto se produce cuando es perjudicial para la integridad física del
alumno, para su adaptación social, para su progreso académico, para el
bienestar o libertad de los compañeros o de otras personas o sus pertenencias, para la eficacia profesional o para la estabilidad emocional de estas personas.
EL AULA COMO CONTEXTO SOCIAL
El clima social hace referencia a la relación que se produce entre el
profesor y los alumnos y entre estos últimos, en el cual se deben analizar las
consecuencias que tienen los comportamientos de cada uno con respecto a los demás.
El aula es un
espacio donde tienen lugar relaciones interpersonales de diferentes personas, como amistades,
enfrentamientos, competitividad, participación, solidaridad, marginación y liderazgo.
Debido a estas relaciones, en el aula se desarrollan una serie de
conflictos de carácter social. Estos conflictos suelen surgir, sobre todo,
entre alumnos de la misma aula con unos objetivos comunes. Además, según la
edad, pueden ser de menor o mayor intensidad, lo cual debe ser valorado por el
docente a la hora de actuar o intervenir en su resolución.
En el caso en que el docente deba
paliar el conflicto, puede seguir los siguientes de pasos: identificar (debe
ser capaz de detectar el posible conflicto), conocer (debe saber los niños que han estado implicados en él) y actuar (debe
elegir las técnicas y estrategias a seguir para poder solucionar el conflicto
de manera satisfactoria).
RELACIÓN
PROFESOR-ALUMNO DENTRO DEL AULA
El tipo de relaciones que se establecen entre el
profesor y los alumnos, condicionan el éxito de los discentes, el clima de
convivencia en el aula y en el centro, la satisfacción y el desarrollo
profesional.
A continuación, ofrecemos una clasificación de los estilos
de relación que se establecen entre el
profesor y los alumnos, en los que se muestran las consecuencias que
producen los comportamientos del profesor en la interacción con la clase
(Wubbels y Brekemans):
· Estricto/Represivo:
ambiente estructurado, rígido, con normas claras y fuerte control del profesor.
· Directivo: ambiente
estructurado aunque relajado, centrado en la tarea. El profesor explica y se
implica en el desarrollo de la clase.
·Inseguro: ambiente poco
estructurado, poca orientación a la tarea. Los alumnos permanecen en desorden,
mientras el profesor explica con pasividad.
·
Agresivo: ambiente poco
estructurado y desorganizado, orientado a mantener la disciplina, poco
orientado hacia la tarea.
TÉCNICAS
PARA EL CONTROL DEL COMPORTAMIENTO EN EL AULA
Tiempo
fuera o “Time out”
Esta técnica consiste en retirar las condiciones ambientales en las que
el sujeto recibe reforzamiento en la conducta indeseable o sacar al sujeto de
ese ambiente durante un determinado período. Se usa cuando sabemos qué
refuerzos recibe el sujeto por su conducta, pero no podemos controlar las
fuentes de donde proceden esos refuerzos. Es una técnica muy usada y efectiva
ante rabietas, conductas muy destructivas y agresivas, negativismo y
desobediencia (Graciano y Moonin, 1984; Matson, 1990).
Terapia
cognitiva
Según Labrador (2001), esta terapia parte del supuesto de que la
actividad cognitiva determina el comportamiento. Considera que el individuo procesa
la información del entorno y por eso estudia los esquemas cognitivos.
Existen diferentes técnicas según el enfoque en el que se centre la
terapia: en creencias básicas como el entrenamiento autoinstruccional, en
contenidos del pensamiento como la reestructuración cognitiva y en procesos
como solución de problemas.
Pero, en general, esta terapia posee unos rasgos comunes, que son los
siguientes: el cambio de conducta se haya llevado a través de la modificación
de actividades cognitivas, la aceptación (también por parte del paciente) del
determinismo recíproco entre el pensamiento, el ambiente y la conducta y la función
activa del paciente para identificar la realidad y corregir las creencias
disfuncionales.
La terapia cognitiva es un procedimiento activo, directivo, estructurado
y de tiempo limitado, cuyo objetivo primordial es la identificación y
modificación de los procesos cognitivos desadaptados, a través de preguntas
realizadas por el terapeuta. Para llevar a cabo esta terapia debemos: definir
el concepto de cognición; ejemplificar la relación entre cognición, afecto y
conducta; mostrar las cogniciones del paciente en experiencias recientes;
realizar un registro de cogniciones y revisarlo conjuntamente.
Terapia
paradójica
Esta terapia se centra en el modo de actuar y en
las soluciones que ha llevado a cabo el sujeto para modificarlo. (Nardone,
2002) Bajo este enfoque, encontramos una base de fundamentación constructivista,
que parte de la idea de que cada persona crea su propia realidad sobre la base
de su comportamiento y según su percepción de la misma. (García, 2005)
Según lo
anterior, el trastorno mental deriva de una forma inadecuada de concebir la
realidad que da lugar a respuestas disfuncionales, para superarlo se promueve
la redefinición y la modificación de las representaciones del mundo. (García, 2005) Para ello, se investigan las soluciones
utilizadas por el sujeto para resolver los problemas, ya que en ellas se
encuentra la anomalía (Nardone, 1995), y se intenta buscar soluciones
alternativas, pasando de la pregunta "por qué existe" a la pregunta
"cómo funciona". (García,
2005)
Según
Nardone (1995), la terapia paradójica consigue eliminar las «soluciones
ensayadas» que el paciente presenta de forma obstinada, por la simple razón de
que pone en crisis el sistema preexistente de percepciones de la realidad y
reacciones ante ella. Existen diversas maneras de utilizar las paradojas en
terapia, que van desde las prescripciones
paradójicas, a las formas de acciones y comunicaciones paradójicas.
Básicamente,
la prescripción paradójica consiste en sugerir al paciente que experimente el
síntoma en mayor grado o, más a menudo, el de antes de empezar el tratamiento. Con
esto, se espera que el síntoma desaparezca cuando el cliente lo reconozca como
absurdo. (Dattilio, 1987).
...Reflexión Personal....
Como docentes es fundamental sabes manejar las variables que se mueven el el proceso de enseñanza aprendizaje para poder saber utilizarlas a nuestro favor.
Somos las personas, después de sus padres, los que pasamos con ellos más tiempo, por ello, nosotros somos uno de los principales modelos de referencia que el niño posee, sobre todo cuando el niño es más pequeño y no es capaz de discriminar comportamientos.

Hemos de ser conscientes de que no basta con llegar a clase y ser otra persona, sino que hemos de ser esa persona y predicar con el ejemplo, tanto dentro como fuera del aula, siendo en todo momento conscientes de esa gran responsabilidad que se nos otorga, la educación de otras personas.
Existen distintas técnicas sobre la modificación de conducta y todas tan válidas como otras, pero ninguna de ellas es válida para todos, ya que cada niño es distinto y presenta una situación muy diferente.
De nada vale utilizar la técnica de Tiempo fuera con un niño al que le sea indiferente estar en clase, al igual que la técnica será muy apropiada en niños que se ponen muy nerviosos y necesitan salir, relajarse y entrar en la clase con total normalidad.
Como docentes y como psicopedagogos, es fundamental que estemos dotados de numerosas herramientas para poder llevarlas a la práctica, pero siempre partiendo de la base de que, lo que funcionó con un niño, con otro puede que no funcione.
No cayendo en ser el amigo del niño ni el profesor autoritario sino que hemos de saber posicionarnos en un buen lugar en el que haya un clima adecuado de trabajo, en el que todos se sientan a gusto y el trabajo que se realiza dia a día sea significativo para los niños y no sea algo que se olvida en la puerta del colegio.
Como psicopedagogos es fundamental poseer o, al menos, conocer herramientas para cuando fuere necesario saber enseñarselas a alguien, incluso poder aplicarlas en su trabajo, e ahí que la labor de un profesional es estar en un proceso constante de renovación y no olvidar que
"El saber no ocupa lugar"
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