Son alarmantes los datos
en cuanto a cantidad de discapacitados, así como el porcentaje de ellos que no
recibe asistencia debido a su deficiencia.
En
ocasiones, salvo si nos dedicamos a este ámbito, no comprendemos las
dimensiones y la importancia de la educación en personas deficientes. Pensamos
que existen, y que normalmente conocemos a alguien pero consideramos que su
cuantía es mucho menor a la realidad.

Sin
embargo, dichas ayudas no existen
para todos. Aproximadamente un cuarto de la población deficiente no recibe
asistencia o educación, lo que puede provocar que no logren alcanzar la
plenitud.
Debido
a estos datos, debemos tomar partido todos en el asunto, primero concienciando
a la sociedad de que todos somos iguales, que todos tenemos los mismos derechos,
y segundo, debido a nuestras labores profesionales en particular, centrándonos
en ayudar, realizando todo tipo de adaptaciones para que puedan alcanzar una
educación de calidad. Nuestra preparación y nuestra labor con respecto a estas
personas no se basa en un simple transvase de contenidos y su facilitación,
sino que hemos de ser capaces de integrar a la persona en la sociedad para que
pueda desenvolverse con normalidad y se desarrolle plenamente en todas sus
dimensiones.
Una muestra de la gran cantidad de
ayuda que existe se centran en
mayor medida en la educación, en las extremidades superiores, analizando su
capacidad de escritura y de movilidad general.
El
primer paso para la educación es lograr capacitar al alumno para que pueda
aprender, para ello, precisa de herramientas para que pueda coger y emplear los
elementos e instrumentos con total libertad, como es un simple lapicero. Es
importante que conozcamos todas estas herramientas como los sonajeros o incluso
los puzles o dominós, que les permiten fortalecer los músculos para poder
lograr el empleo de materiales como los de escritura. Es fundamental conocer
los elementos que se pueden ofrecer a estas personas para lograr una mejora en
su motricidad, herramientas tan simples y sencillas como sonajeros o puzles
permitan una mejora y evolución su calidad de vida.
Una
de las funciones implícitas en el ser humano es comunicarse, por ello es
fundamental que el alumno aprenda a leer y a escribir. Podemos comenzar por
reforzar los músculos de la mano como hemos mencionado anteriormente para
lograr empuñar un lapicero o un bolígrafo, o podemos buscar otras vías para la
comunicación.
Existen
multitud de elementos a día de hoy, algunos de los recursos son básicos como
los puzles, aunque existen otros más elaborados como las imprentillas, donde
empleando sellos pueden ayudar al alumno a escribir o incluso las tecnologías
actuales como el ordenador o el empleo de pizarras magnéticas, que permiten a
los alumnos comunicarse con partes de su cuerpo como la cabeza. Como es lógico,
todos ellos irán evolucionando. Debemos aquí también mencionar nuestra labor
para poder informar y perfeccionar estos recursos.
Hay
que indicar que existen autores que defienden que lo principal para toda
persona es saber escribir manualmente siempre que pueda, y, en mi opinión,
también lo creo ya que esto le permitirá una mayor desenvoltura, no obstante si
no se puede, tan válidos son todos los otros métodos porque lo principal es la
educación de estas personas.
Otra
manera para la mejora de la motricidad en las extremidades superiores son las
actividades manipulativas, se centran principalmente en trabajar con materiales
como la arcilla, la tierra o incluso el
empleo de chocolate, en mi opinión, estas actividades manipulativas, no sólo
van a ofrecernos un refuerzo del movimiento en las extremidades, sino que
además, pueden ayudarles a aumentar su creatividad, potenciando la plasticidad
de la inteligencia y fomentando una satisfacción personal.

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